El Señor de las Historias…

El Señor de las Historias no es una persona. No es un ser físico, no vive en ninguna ciudad, ni pueblo, ni casa en el campo.

 

No se levanta cada mañana para ir a trabajar, ni cuando llega la noche se acuesta a descansar. Para él no hay tiempo, ni hay espacio. No nació, ni morirá.

 

Por supuesto no tiene familia, ni amigos, ni mascota. ¿Cómo va a tener todo eso alguien (o algo) que ni si quiera tiene sexo?.

 

Muchos lo imaginan escribiendo en un papel las historias que encontramos cada semana  publicadas. Con sus tachones… reestructurando frases… releyendo lo que escribe. Pero no es así. Ni si quiera necesita pararse a pensar en la mejor opción porque él ni si quiera utiliza el pensamiento. El está hecho de cuentos y relatos.

 

Él no sabe lo que es Internet, ni tiene ganas de que nadie se lo explique. Sus historias han aparecido en nuestras vidas del mismo modo en que un día apareció el amor. Ya estaban ahí, y nosotros sólo las encontramos. Y SIEMPRE han estado ahí. De la misma forma que están en los libros o en las letras de las canciones. Cada cual las encuentra de un modo, y nosotros lo hemos hecho en este espacio.

 

Al Señor de las Historias no le interesan los halagos de quienes le leen y ni si quiera se molesta cuando muchos entran y se van sin decir una palabra sobre la historia que esta semana nos regaló . Su único objetivo es alimentar la imaginación de cuantos le descubren y ayudarles a inventar ese rinconcito cálido y especial que creamos cada vez que cogemos un papel y un bolígrafo y empezamos a escribir.

 

 

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